All was golden when the day met the night.

domingo, 4 de marzo de 2012

Tormenta de verano.

Y era como ver a un fantasma del verano pasado.
Recordar las olas, su olor, las conchas, las sonrisas,... y aún más.
Fue retroceder a una compra, un golpe y una risa.
Sentir de nuevo el ardiente rayo de luz solar sobre el cuello.
Notar el crispamiento del agua de mar contra los tobillos.
Que el pelo mojado descendiera por la espalda chorreando.
Y que el calor hiciera sufrir en muchas recorridas subidas.
Y él estaba allí; al otro lado del local, guitarra en mano sin collar.
Un fantasma lleno de recuerdos inconexos y por descifrar.
El mejor verano pasado en esta vida y un muchacho al que no sé llamar.
Y millones de lunas y de flores en llamas bailando sobre el mar.
Soltando un silbido en el aire que recorre estas calles.
Escaleras en una villa perdida en medio de un basto océano.
Y un recuerdo que parecía olvidado... y que siempre regresó.
Tal y como las olas se llevan las piedras de la orillas y las vuelven a traer.
Y era como ver a un fantasma del verano pasado.
Un mero sueño adolescente de futuros comprometedores y llenos de música.
Una memoria entre tantas otras.
Que hoy renace.

Una vez más, cerca del mar.